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viernes, 15 de abril de 2011

NOCTURNO


NOCTURNO





Oh rumor doloroso de senos blancos
agarrotando los músculos del vientre,
en a rebato, desbandada emigrante
huyendo de la ciudad de tus labios;


tristes rosarios de osamenta caían
en un equinoccio turbio de volúmenes,
adelgazando sudor, partiendo brazos
en éste corazón mío tan callado,


como una catedral de hojas marchitas...



Qué fácil rendirse bajo la cópula
de tus ojos, marinos y abandonados,
varados en el silencio de mis labios;


no sufriera tu carne lo que la mía,
éste monstruoso agotamiento vacïo
de horas y décadas interminables...,
persiguïendo las sombras de los cuerpos
éstas noches silenciosas de poniente,
cuando la carne rumorea feliz,
y la voz se pierde en los oídos sordos...



        JUAN JOSE CORBALAN IBAÑEZ

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