EQUINOCCIO de nocturnidad
….Mas de pronto, tu cuerpo opaco,
estirado de voz en la orilla de mis manos
vence ése ridículo miedo al vacío,
triste llamamiento de nocturnidad...,
en el pecho, hermosos brazos descolgados
hacia el reposo.
Esperando entre las ruinas
tu retorno al habitáculo, sediento de horas
largas y agradables,
un clamor nauseabundo restrega la piel dura
de los duros islotes de osamenta:
clamor frío, como desterrado de ambos,
equivocando el feliz encuentro de tí, mujer
eterna de éste anochecer,
lejana voz de guijarros en mi piel,
así como desnuda, pura de artificio, de viento
y solemnidad...
JUAN JOSE CORBALAN IBAÑEZ
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