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miércoles, 4 de mayo de 2011

ALGUNA VEZ TU CUERPO


ALGUNA VEZ TU CUERPO




Alguna vez tu cuerpo tiritó
de fiebre junto al mío. A llamaradas
entró en mi piel tostada, por mis oscuros ojos,
entre mis manos tibias que atrapaban como un sol
tu sonrisa, por entre los pliegues difusos
buscando la alegría de los labios amorosos.


El viento de tu cabellera
dormita en mi espalda, no había colinas en tí
que mis dedos no alcanzaran,
ni fruto más carnoso que tus muslos tibios,
el atlas de tu cuerpo ardía
como una hoguera en la montaña;
como el musgo te apoderaste del olor de mis besos.





En mi memoria reposa aún
la luz de tu mirada, la púrpura magia
del sabor de tu lengua y de tus dientes asombrados.
Alguna vez mi sombra invisible
hurgó como un ladrón en tu reposo,
admirando la curva exquisita y maravillosa,
el oro macilento trocado en argenta;
por entre los ventanales, la luz
admiró tu cuerpo de estatua
adivinando la furia de tus miembros en a rebato.



Alguna vez hicimos del amor
un regalo para el alma, una ilusión
para los cuerpos indefensos;
tú fuiste la rama de jazmín
que mi boca atrapó con ansia,
la música que reía y envenenaba a mis oídos.
Alguna vez tu compañía
rebosó de alegría
el triste cáliz de mi soledad...

JUAN JOSE CORBALAN IBAÑEZ

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